miércoles, 8 de junio de 2011

La LLuvia (part5)

Diana se agachó para recoger las cosas que se espacieron por el barro,  cuando su bolso cayó al suelo, buscaba palapando con la mano, no se veia muy bien que digamos.
Alzó un poco la vista y el hombre continuaba allí, mirandola fijamente y sin mover ni un musculo. Se puso aún más nerviosa, quería encontrar sus pertenencias, largarse de ese lugar cuanto antes.
-¿quiere que la acompañe a casa señorita?, preguntó amablemente el extraño.
-No, quíero que deje de mirarme y se largue- contestó Diana, en un tono mas bién borde.
El hombre se dio la vuelta, comenzó a caminar dejando atrás a la muchacha.
-Menos mal- pensó, al fin se ha ido.
Se puso de píe, colgandose su bolso de tela en el hombro, le dío la espalda al individuo dirigiendose en dirección a su casa.
Ya estaba apunto de cruzar el parque, se acercaba a una farola que iluminaba a rafagas, un banco que había debajo, la luz se encendía y apagaba intermitentemente, pero Diana podria revisar su bolso y como tenía la ropa de sucia. Casi respiró aliviada, cuando llegó bajo la farola, tenia barro por todas partes, amén claro está de lo empapado de la ropa.
Sujetó el bolso de las asas, abriendolo para mirar en su interior, en un rapido  vistazo vió que la faltaba el movil, un aparato de última generación, que le regaló German, tenia de todo pero no usaba más que el wasap e internet en raras ocasiones. La camara de fotos que tenía incorporada el movil era de las más modernas,  pero la habia utilizado solo una véz, el mismo día que se lo entregó. Tenia que volver a buscarlo.
-¡¡¡Eres una grosera!!!- gritaron a su espalda, en el momento que se giraba recibió una bofetada.
El hombre había vuelto sobre sus pasos en su busca, le pudo ver su cara  mientras recibía el tortazo. Tenía el rostro totalmente desencajado, los ojos parecían salir de las cuencas, desorbitados no parecían mirar un punto fijo. Diana retrocedió unos pasos, debido a la agresión, se encontraba algo mareada e intentaba mantenerse en pié, seguidamente el hombre se abalanzó sobre ella, sujetando sus hombros.
-Te voy a enseñar yo modales puta, la decia mientras la zarandeaba.
Sacó fuerzas sin saber de donde, para propinarle un rodillazo entre las piernas, el individuo auyó de dolór,  Diana caia sobre el banco apunto de desmayarse, pasados unos segundos intentó reponerse para levantarse, pero esta vez un puñetazo en todo el mentón la dejó incosciente. El hombre se sentó a su lado, aún tenía una de sus manos cubriendose sus partes, haciendo gestos de angustia, la miró de medio lado descubriendo que sangraba profusamente por la ceja izquierda.
Introdujo su mano en el bolsillo del pantalon, buscando unos pañuelos de papel que llevaba, puso unos cuantos sobre la herida para tratar de cortar la hemorragia.
De pronto escucho que alguien se acercaba silbando, no podian descubrir que es lo que habia hecho, le denunciarian al momento. Abrazó a Diana como si se tratase de una pareja acaramelada, poniendo la cabeza de ella apoyada sobre su pecho. La persona en cuestión poco a poco se aproximaba, ajeno a lo que habia pasado, unos metros antes ya pudo ver a la pareja, bajó un poco la cabeza para disimular su indiscrección y disimular un poco.
-es la chica que estaba antes en la entrada de la estación- dijo para sus adentros el chico y dibujó en su cara una media sonrisa.
Se fijó en el hombre que barazaba a la chica, vestia un polo de color azul, el pantalón parecía uno de esos dockers de niño pijo, color negro y zapatillas blancas. No le pegaba como novio pero cosas mas raras se han visto, pensó el muchacho.
-Buenas noches comisario, dijo el agente al entrar en el despacho de su superior.
-No tan buenas- contestó dejando de mirar la pantalla del ordenador.
-Hemos dejado al equipo de investigacion, revisando la zona donde encontramos el bolso, luego nos dirigimos a la dirección  que venia reflejada en la documentación hallada en el interior del bolso.
Los agentes de policia, le explicaron con todo detalle como se encontraron la vivienda y al novio de la supuesta desaparecida. El comisario Salcedo  llevaba en el cuerpo veinte años, provenia de una familia con una amplia generación de policias, tenía en su haber muchos casos resueltos de todo tipo, pero su especialidad eran los asesinatos.
El equipo de investigación fué mandado por el propio comisario, poniendo al mando al inspector Tejada, se le consideraba uno de los mejores en su puesto y no era casualidad que el comisario Salcedo le encargara el caso, se olía que sería un tema dificil.
Habian acordonado un perimetro de unos cincuenta metros, balizando toda la zona con cinta policial. Dispusieron varios focos para iluminar toda la superficie acotada y varios agentes peinaban palmo a palmo el area.
El inspector Tejada repartió bolsitas con cierre hermético, para que guardaran cualquier cosa que pudiera ser una prueba, mientras el mismo se encargaba de fotografiar todo lo que estaba viendo, para adjuntar todas las instantaneas al informe que deberia redactar, sabia que seria bastante largo.
El comisario encaminó sus pasos hacia la sala donde se encontraba German, ordenó llamar a la agente que había estado en el domicilio, para acompañarlo  mientras le hacia unas preguntas rutinarias. Tambien le indicó al agente que minutos antes, le informó sobre las pesquisas, que marcaran al novio de la chica como sospechoso numero uno. Podria tratarse de un caso de viloencia de generero y no queria dejar ningun cabo suelto.
-Busque si la chica denunció algun tipo de malos tratos, le sugirio el comisario.
German miró su reloj, llevaba más de cuarenta y cinco minutos en aquella sala, la puerta se abrió por fin, un hombre vestido con traje oscuro entró seguido de la mujer policia que ya conocia.
-Buenas noches señor German, soy el comisario Salcedo y quisiera hacerle unas preguntas….continuará